Tuesday 24 August 2010

5. Las folclóricas videoblogueras

Acabo de descubrir un filón folclórico. He leído que las videoblogueras maripilis tienen un éxito en youtube que no veas. Las videoblogueras maripilis se graban en vídeo mientras se embadurnan el pelo con aceite de oliva, se maquillan estilo pin-up girl, o se hacen un peinado años veinte. Tienen una labor super educativa, porque nos enseñan un montón de cosas al resto de las maripilis.

Yo esto no lo digo de coña. Me he visto algunos de esos vídeos y me he quedado fascinada. Almodóvar tiene que estar fascinado, hay un montón de material ahí para una película. ¿Te imaginas a una videobloguera maripili pintándose un señor rabillo del ojo a la que, en vivo y en directo, le asestan una puñalada por detrás con las tijeras del pescado? Pedro, ¿me estás leyendo?

Otra idea para una película de Almodóvar, que me ha recordado mi hermana maripili con mucho acierto, es la historia de una mujer que predice el tiempo con los callos de los pies. Esa mujer existe, y es mi madre.

Todo tiene su razón de ser en que mi madre tiene muchos callos en los pies. Y no es que no vaya al callista. Porque mi madre ama a su callista igual que yo amo al muchacho que me trae la compra a casa. Cuando mi madre da saltitos en el sillón porque le dan pinchazos los callos, al día siguiente llueve. Lo juro. Ella dice que es por la humedad del ambiente, yo creo que es un sexto sentido.

¿O no? En otro post os dije que mi madre no es folclórica, pero me lo estoy volviendo a plantear, porque predecir el tiempo con los pies y transportar bandejas de croquetas congeladas por los aeropuertos del mundo, pues tiene su cosa, ¿no?

Por cierto, que yo en Colmenar en mis años mozos conocí a una chica que en vez de gomina se echaba agua con azúcar en el pelo y la cual siempre tenía un corrillo de moscas rondándole la cabeza.

Pero he de decir que las videoblogueras tienen un atractivo que es universal, porque las hay en todos los idiomas. Están las españolas y las sudamericanas (estas últimas me encantan). Pero también está Lauren Luke, una pedazo de folclórica con un acento (¿escocés?) adorable. Esto os lo cuento porque a los lingüistas como yo nos encanta encontrar cosas que son universales, porque pensamos que, aunque las lenguas parezcan super distintas las unas de las otras, tienen todas un meollo común, y que eso nos hace humanos. Poético, ¿no?

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